MIS AMIGOS
PÁGINAS DE MIS AMIGOS QUE PUEDES VISITAR FOROLATIDOS
DICCIONARIO
Página 1 de 1.
DICCIONARIO
Galletita: Dícese de una masa dulce que, como la magdalena de Proust, suele evocar recuerdos de infancia.
”Esta es la acepción de galletita que figura en mi diccionario personal. Comprar galletitas en el Zoológico era uno de los mayores encantos del ritual dominguero de divertirse en la jaula de los monos, asombrarse con el cuello inverosímil de la jirafa e intuir la ferocidad del mundo frente al foso de los leones. De aquellas galletitas me gustaban más las formas que el sabor. De todos modos, no puedo sino celebrar la idea del poeta culinario al que se le ocurrió el doble simulacro de hacer un zoológico de azúcar y harina que imitara aquella imitación de la naturaleza que era el zoológico verdadero. Bajo la misma entrada de mi diccionario personal figuran también otras acepciones y elementos relacionados como las viejas latas con un ojo de buey para espiar a las galletitas que, con la ñata contra el vidrio, esperaban ser las elegidas, descender de la estantería y cumplir con su destino de merienda. También están allí las Manón con su sabor tímido y descolorido, y las Lincoln que tenían una superficie texturada, a la vez rugosa y suave, como de rallador arrepentido. Esas eran para el recreo del colegio. Creo que constituían la única dulzura de aquel patio desolado donde un sistema pedagógico-militar nos obligaba a formar fila y a tomar distancia para volver al hastío de las tablas y las frases dignas de Ionesco: “Mamá, ese oso me mira” y “Elisa amasa la masa”. Por último, bajo la entrada “galletita” figura también la nena de las latas de Terrabusi que escondida bajo un paraguas se alejaba hacia un horizonte desconocido. Por todas estas razones no puedo permitir que los cocineros televisivos digan “cookies” en vez de “galletitas”. ¿Por que nos roban la historia que se esconde en las palabras? Pero no son los únicos con los que tengo que ajustar cuentas. En nombre de mis primos, de mi amigo Edgardo y de mi marido que jugaba a las bolitas en Parque Chas, les prohíbo a los snob de turno que las llamen “canicas”. Y ustedes, señores periodistas, dejen de decirle “balacera” al tiroteo. Basta de tilinguerías, que no vivimos en América del Norte ni dentro de una telenovela mexicana.
Por: Mónica López Ocón
FUENTE: http://tiempo.infonews.com/
”Esta es la acepción de galletita que figura en mi diccionario personal. Comprar galletitas en el Zoológico era uno de los mayores encantos del ritual dominguero de divertirse en la jaula de los monos, asombrarse con el cuello inverosímil de la jirafa e intuir la ferocidad del mundo frente al foso de los leones. De aquellas galletitas me gustaban más las formas que el sabor. De todos modos, no puedo sino celebrar la idea del poeta culinario al que se le ocurrió el doble simulacro de hacer un zoológico de azúcar y harina que imitara aquella imitación de la naturaleza que era el zoológico verdadero. Bajo la misma entrada de mi diccionario personal figuran también otras acepciones y elementos relacionados como las viejas latas con un ojo de buey para espiar a las galletitas que, con la ñata contra el vidrio, esperaban ser las elegidas, descender de la estantería y cumplir con su destino de merienda. También están allí las Manón con su sabor tímido y descolorido, y las Lincoln que tenían una superficie texturada, a la vez rugosa y suave, como de rallador arrepentido. Esas eran para el recreo del colegio. Creo que constituían la única dulzura de aquel patio desolado donde un sistema pedagógico-militar nos obligaba a formar fila y a tomar distancia para volver al hastío de las tablas y las frases dignas de Ionesco: “Mamá, ese oso me mira” y “Elisa amasa la masa”. Por último, bajo la entrada “galletita” figura también la nena de las latas de Terrabusi que escondida bajo un paraguas se alejaba hacia un horizonte desconocido. Por todas estas razones no puedo permitir que los cocineros televisivos digan “cookies” en vez de “galletitas”. ¿Por que nos roban la historia que se esconde en las palabras? Pero no son los únicos con los que tengo que ajustar cuentas. En nombre de mis primos, de mi amigo Edgardo y de mi marido que jugaba a las bolitas en Parque Chas, les prohíbo a los snob de turno que las llamen “canicas”. Y ustedes, señores periodistas, dejen de decirle “balacera” al tiroteo. Basta de tilinguerías, que no vivimos en América del Norte ni dentro de una telenovela mexicana.
Por: Mónica López Ocón
FUENTE: http://tiempo.infonews.com/
Página 1 de 1.
Permisos de este foro:
No puedes responder a temas en este foro.
Miér Mayo 17, 2017 8:37 am por Susy - Mafiqui
» EL TIEMPO, NO SE DETIENE
Miér Abr 26, 2017 9:24 am por Susy - Mafiqui
» 22 de Abril - Día de la Tierra
Sáb Abr 22, 2017 12:00 pm por Susy - Mafiqui
» Mariposas Vintage
Miér Abr 12, 2017 12:57 pm por Susy - Mafiqui
» MENSAJE
Miér Abr 12, 2017 12:41 pm por Susy - Mafiqui
» Espantapájaros
Miér Abr 12, 2017 10:27 am por Susy - Mafiqui
» Día Mundial de la Poesía 21 de marzo
Mar Mar 21, 2017 9:55 am por Susy - Mafiqui
» Valensia Clarkson A Night in Spain
Miér Feb 22, 2017 12:13 pm por Susy - Mafiqui
» 10 Frases de Mozart
Miér Feb 22, 2017 12:00 pm por Susy - Mafiqui